¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

De la misma manera que respondes, cuando te preguntan qué piensas de alguien que conoces, con todo detalle ¿Qué dirías si esa persona fueses tú?

Lo que pensamos de nosotros mismos es muy importante y casi nadie se lo ha preguntado nunca. «¿Y para qué quiero saber yo que pienso de mí?» te preguntarás. Porque lo que pensemos de nosotros mismos, será lo que nos potencie o limite en determinadas situaciones. Es, esa inseguridad o nerviosismo que surge de repente cuando vamos a hacer algo, ese pensamiento de «no lo voy a conseguir» o, por el contrario, «en esto soy la mejor».

 

El autoconcepto y la autoestima

 

El autoconcepto es lo que pensamos o lo que creemos de nosotros mismos, la forma en la que nos percibimos. Se forma con la experiencia y puede reforzarse por las valoraciones y opiniones de nuestro entorno social.  Por lo tanto, depende de cómo sea nuestra experiencia, de cómo sean las valoraciones y opiniones de los otros y de nuestro entorno social, nuestro autoconcepto será positivo o negativo, verdadero o falso, bueno o malo, etc. Así que, revisarlo en profundidad, nos puede venir muy, pero que muy bien. No vaya a ser, que tengamos alguna creencia negativa instaurada en nuestro subconsciente, lo que, no solo, no nos favorece, sino que nos puede estar limitando y perjudicando. La buena noticia es, que el autoconcepto puede ser modificado.

También, está directamente relacionado con la autoestima, cuando el autoconcepto es positivo, la autoestima es alta y, por el contrario, cuando el autoconcepto es negativo, la autoestima es baja. Una muestra más, de lo importante que es saber lo que pensamos y creemos de nosotros mismos.

 

El por qué

 

Cuando sabemos lo que pensamos de nosotros mismos, podemos además, reflexionar si es verdad lo que pensamos o, si son pensamientos o creencias que vienen de opiniones infundadas de otros, escuchadas una y otra vez a lo largo de nuestra vida. Y si hemos reflexionado en profundidad, sabremos qué y quién somos en realidad, sabremos también de lo que somos capaces y de lo que no, viviremos las situaciones cotidianas con mayor seguridad y con una mayor autoestima. Evitando así, el nerviosismo, la duda, algunos miedos y limitaciones en nuestro día a día.

 

Y ahora yo te pregunto… ¿Y tú? ¿Qué piensas de ti?

¿A qué esperas?

Recuerda… La vida es HOY.

By Marta Pintado

 

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SI CAMBIAS TÚ, CAMBIA TU VIDA

SI CAMBIAS TÚ, CAMBIA TU VIDA

SI CAMBIAS TÚ, CAMBIA TU VIDA

Cuántas veces hemos leído frases como esta “si cambias tú, cambiarás tu vida”, muchísimas ¿verdad? Una de las más conocidas y extendidas por todo el mundo, es la del gran maestro Mahatma Gandhi: “sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Y es que, leído de un maestro, al principio parece fácil y la solución que estábamos deseando encontrar. Hasta que nos ponemos a ello y no sabemos ni por dónde empezar, ni por qué tenemos que cambiar nosotros y no los demás, ni… ¡Cambiar! ¿Cambiar el qué?

 

Pequeños cambios, hacen grandes diferencias

 

Si pensamos un momento en la frase, lo que realmente nos está diciendo es que, si nosotros cambiamos ciertos hábitos que no nos favorecen, por hábitos saludables, nuestra salud mejora, nuestro estado de ánimo mejora, nuestro día a día cambia y, por consiguiente, nuestra vida cambia y nuestro mundo también.

Y por hábitos saludables, me refiero a hábitos de vida en general, desde comidas, ritmo de vida, deporte, hasta nuestra forma de pensar y de ver la realidad o nuestra realidad.

 

Cómo y qué cambiar

 

Lo primero que haremos será repasar cómo es nuestro día, desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir. Escribirlo en papel nos ayudará a reflexionar y a ver todo lo que hacemos con mucha más claridad. Apúntalo todo, desde cómo son tus comidas, qué deporte haces, cómo vas a trabajar, hasta lo que haces antes de irte a dormir. Apunta también, cómo son tus pensamientos, cómo hablas a los que te rodean y cómo te hablas a ti.

¿Qué podrías mejorar de todo lo que has apuntado? ¿Cómo lo mejorarías? ¿Qué beneficios te aportaría mejorarlo?

Elige lo que más beneficios te aportaría, si lo mejorases. Empezaremos por una, ya que, si intentamos mejorar muchas a la vez, al final no mejoramos ninguna, así que, cambiamos una y después de convertirse en hábito saludable, escogemos otra.

Ahora, ya tienes el qué y el cómo mejorar, solo te queda, poner todas tus ganas y comprometerte con tu nuevo hábito saludable. Solo depende de ti, tú eres en este momento, quien tiene el poder de mejorar tu día a día.

¿Lo vas a hacer? ¿A qué esperas?

¡Recuerda! La vida es HOY.

By Marta Pintado

 

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CÓMO DESCONECTAR Y RECARGARTE EN 5 MINUTOS

CÓMO DESCONECTAR Y RECARGARTE EN 5 MINUTOS

CÓMO DESCONECTAR Y RECARGARTE EN 5 MINUTOS

Cuántos días en la semana o a lo largo del mes, en medio de tu jornada, sientes un cansancio o bloqueo mental, en el que todo te sobrepasa y de lo único que tienes ganas, es de salir corriendo, gritar o las dos cosas a la vez. Como si de repente, alguien hubiese hecho clic en tu botón de apagar. Y es que, por si aún no te has dado cuenta, el cuerpo es muy sabio y si tú no sientes que necesitas desconectar y desconectas, lo hace él por ti.

Es en ese momento, cuando merece la pena escuchar los mensajes de tu cuerpo, hacerle caso y tomarte 5 minutos para desconectar tu mente, respirar y recargarte de nuevo de energía.

Cómo desconectar y recargarte en 5 minutos

 

Siéntate en un lugar cómodo, alejado lo más posible de cualquier ruido o distracción. Si puedes tumbarte mejor aún, si no, ponte en una posición lo más cómoda posible.

Cierra los ojos y respira profundamente varias veces. Visualiza todo tu cuerpo y siente como se relaja con cada respiración. Cuando inspires, imagina que el aire que inhalas comienza a limpiarte profundamente y con cada expiración, liberas todo lo tóxico y negativo.

Comienza desde tus pies. Mientras inspiras, imagínate cómo se regeneran y se llenan de energía, a la vez, que, al soltar el aire, sale todo lo nocivo y negativo. Sigue respirando y con cada inspiración, continúas subiendo poco a poco, por el resto de tu cuerpo. Puedes visualizar, para ayudarte, que vas llenando tu cuerpo de una luz resplandeciente que va extendiéndose con cada respiración.

Cuando llegues a la cabeza y esté todo tu cuerpo iluminado, sigue respirando y siente como te llenas cada vez más, de energía, salud, armonía y bienestar. Quédate un minuto más sintiendo esa sensación.

Abre los ojos muy despacio, mientras sigues respirando y comienzas a mover tu cuerpo lentamente. Una vez que sientas que te has despejado lo suficiente, puedes levantarte y volver a tu jornada, ahora sí, con tu mente y cuerpo a punto para continuar el resto del día.

Ya me contarás si te resulta útil este ejercicio. Por si lo necesitas o quieres, tienes 60 ejercicios más de 5 minutos, que te ayudarán a mejorar tu día a día, en el libro 5 minutos y 60 días. Merece la pena parar a tiempo y ocuparte de ti unos minutos, antes incluso, de que tu cuerpo te envíe las primeras señales.

¿Y tú? ¿Quieres mejorar tu día a día? ¿A qué esperas?

¡Recuerda! La vida es HOY.

By Marta Pintado

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¡NUEVO AÑO, NUEVOS OBJETIVOS! CÓMO ELEGIRLOS

¡NUEVO AÑO, NUEVOS OBJETIVOS! CÓMO ELEGIRLOS

¡NUEVO AÑO, NUEVOS OBJETIVOS! CÓMO ELEGIRLOS

Enero es el mes por excelencia de los nuevos propósitos, las nuevas intenciones y los nuevos objetivos, pero… ¿Los has cumplido alguna vez?

Comenzamos muy decididos preparando todo lo que necesitamos meticulosamente: la ropa nueva, la agenda nueva, la nueva aplicación… Hasta que nos toca empezar. Entonces empezamos con muchas ganas, con toda la intensidad posible, ¡imparable! –esta vez lo consigo como que me llamo Amparo. Como si empezar con tanta fuerza, nos asegurase mantenernos firmes en nuestro objetivo. Y sí, es verdad que yo siempre digo que lo primero son las ganas, una vez, claro, que hemos elegido bien nuestro objetivo.

 

¿Cómo has elegido hasta ahora tus objetivos?

 

Lo más importante, o casi lo más importante, para cumplir nuestros objetivos es elegirlos bien. Nuestros objetivos, además de ser, como dicen en los manuales, específico, medible, alcanzable, relevante y temporalizado (SMART), tienen que ser realmente nuestros. Esa es la clave, que sean realmente nuestros. Y ¿qué significa realmente nuestros? Significa eso precisamente, con significado para nosotros, que realmente nos importe y que realmente lo queramos conseguir.

¡Piénsalo! ¿Cómo has elegido tus objetivos nuevos cada año? Por sugerencia, por moda, por elegir algo… ¿O realmente porque era importante para ti conseguirlo? Algo que se elige sin un por qué, al final, deja de tener sentido y desaparece.

 

Cómo elegir nuestros nuevos objetivos

 

Una de las preguntas que en este momento se suele hacer es cuántos objetivos es conveniente elegir. Pensando en empezar de la forma más fácil posible (realista y alcanzable), empezaremos eligiendo dos, uno para nuestra vida laboral y otro para nuestra vida personal. Así lograremos también, un balance o equilibrio entre ambas. Porque si solo elegimos un objetivo laboral, nos centraremos en ello y nos olvidaremos o quitaremos tiempo a nuestra vida personal o al revés, y eso no es lo que queremos ni deseamos. Teniendo un objetivo en cada una, nos ocuparemos de las dos y lograremos el equilibrio entre ambas.

Ahora viene uno de los momentos más importantes, la elección de nuestros objetivos:

1. Piensa en cómo es tu vida laboral ahora, en este momento de tu vida, qué te gusta, qué no te gusta, qué tienes, qué te sobra, qué quitarías, qué dejarías, etc.

2. Piensa en cómo te gustaría que fuera realmente, con todo detalle, desde el lugar físico, las personas con las que trabajas, hasta la acción más pequeña que realizas.

3. Y hazte la gran pregunta… ¿Cómo podrías mejorarla o cambiarla para que sea como realmente te gustaría?

En tu respuesta a esta gran pregunta, está tu objetivo. Haz lo mismo con tu vida personal y ya tendrás tus dos objetivos.

Algo que ayuda mucho en este momento es, sentarte tranquilamente en tu rinconcito favorito, respirar, relajarte, pensar, escribir todas tus respuestas en una hoja de papel y leerlas varias veces. Verás como poco a poco, empiezas a ver tus nuevos objetivos claramente.

Una vez tengas tus objetivos solo tendrás que temporalizar las acciones que te lleven a lograrlo fácilmente. Te lo cuento el próximo día…

¿Y tú? ¿Has pensado tus nuevos objetivos? ¿A qué esperas?

¡Recuerda! La vida es HOY.

By Marta Pintado

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¿A qué esperas?   Recuerda… La vida es HOY

 

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¡PREGÚNTAME POR EL AHORA!

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Aunque parece que se está avanzando en la selección y gestión del talento, todavía hoy, se siguen haciendo entrevistas, en las que casi todo el interés se centra en recitar todo lo que has puesto en tu C. V. Como si fuera un examen para comprobar que te lo sabes de memoria. ¡Si lo hice yo! ¿No me lo voy a saber? Así que, currículum en mano, te preguntan por lo que has escrito y tú, te limitas a volvérselo a contar con mucha atención, no sea que se te olvide algo y piensen que no es verdad, no te lo sabes o… ¿O qué?

Después de comprobar que te lo sabes, lo siguiente que buscan y te preguntan, es por algo que hayas hecho parecido o igual a lo que vas a tener que hacer. ¡Y digo yo! ¿No es mejor que me preguntes por lo que puedo hacer ahora? ¡Sí!  Ahora, hoy, en estos momentos. Con todo lo que sé y todo lo que puedo hacer ahora, porque es ahora cuando voy a actuar, a escribir, a enseñar, a bailar, a vender, a comprar o a lo que sea que vaya a hacer para ti. Porque se aprende y se evoluciona continuamente y quizás, si no lo he hecho antes en un trabajo, es porque no he tenido la oportunidad de hacerlo o no se requería, no porque no lo sepa o pueda hacer. Quizás lo hago a menudo al margen del trabajo, es lo que mejor se hacer y como no me preguntas por el resto de mi vida, no te lo puedo contar…

Porque el resto de la vida cuenta y, de hecho, es dónde se reflejan las verdaderas y mejores habilidades y actitud de una persona.  Y para que esto no sea solo una crítica (constructiva), te dejo 5 preguntas que puedes hacer para seleccionar y gestionar talento HOY, de una forma más efectiva.

 

5 preguntas del ahora:

 

1. ¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre? Sabrás que tipo de persona es, activa, pasiva, proactiva, sedentaria…

2. ¿Cuáles son tus hobbies? Alguien con hobbies, es alguien activo, con intereses más allá de su trabajo diario, que se enriquece personalmente. Una persona enriquecida puede aportar algo más al trabajo y a su vida en general.

3. ¿Qué es lo que más te gustaría hacer cada día si pudieras elegir? Te dará pistas de sus mejores y verdaderas habilidades, intereses, pasiones…

4. ¿Practicas algún deporte de forma continuada? Una persona que practica deporte, normalmente tiene una mejor organización mental, libera y canaliza su estrés. Además, practicar deporte, genera o libera las llamadas hormonas de la felicidad (serotonina, dopamina y endorfinas) y no hay nada mejor que trabajar con una persona FELIZ.

5. ¿Qué puedes o sabes hacer hoy? ¡La gran pregunta! Es eso, que justamente, no aparece en el currículum y que puede que sea lo que necesitas. De lo que es capaz de hacer ahora, con todo el conocimiento y experiencia que ha adquirido a lo largo de su vida en general, entre todas las áreas y facetas de su vida. Y eso, es lo más interesante y lo que realmente te hace falta conocer, para saber si es o no es de ayuda para ti.

Hay más preguntas que podrías hacer, por supuesto, pero con estas 5, descubrirás realmente si es el candidato ideal para tu selección.

En definitiva, es descubrir su Arte, el Arte Que Lleva Dentro…

¿Y tú? ¿Lo vas a descubrir? ¿A qué esperas?

Recuerda… La vida es HOY.

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

Hace unos días, una amiga me comentaba que su Directora no se comunicaba con su departamento y que así, era muy difícil trabajar y que realmente los procesos mejorasen. Yo estoy casi convencida de que su Directora cree que se comunica, pero por lo que parece, no es así aunque ella lo crea.

Todo, o casi todo el mundo sabe, o cree saber, qué es la comunicación. Para quitar los “casi todo” y los “cree saber”, la RAE define comunicación como: «acción y efecto de comunicar o comunicarse». Y comunicar como: «hacer a una persona partícipe de lo que se tiene», «conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito» o «transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor».

Ahora pregunto entonces ¿nos comunicamos realmente en nuestro día a día?  “Hacer partícipe”, “conversar”, “código común”… Mi respuesta es que la mayoría de las veces no. Y ese, es el principal problema de casi todas, por no decir todas, las relaciones interpersonales, sean laborales o personales.

Comunicarse adecuada y eficazmente, implica tener la intención y voluntad de ser entendido y de entender a la otra parte. De exponer tus puntos de vista y de ver puntos de vista diferentes. De utilizar un lenguaje o un código común, que entiendan las dos partes. De querer solucionar diferencias y no dar nada por hecho o por supuesto. ¿Cuántos conflictos se resolverían conversando? ¿Cuántos procesos se mejorarían en las empresas si hubiese una comunicación real entre personas, departamentos y jerarquías? Con el tú a tú, no con el que me ha dicho que el otro ha dicho … ¡Más café, menos emails y menos dichos que dicen!

Por si quieres o tienes intención real de comunicarte, te dejo unas pautas que te ayudarán en tu día a día:

 

Pautas para una comunicación eficaz

 

El proceso de la comunicación empieza en nuestros pensamientos. Cuando queremos transmitir esos pensamientos a otra persona, los transformamos en palabras, tono de voz y lenguaje corporal. Cuando pensamos en lo que vemos, oímos y sentimos, estamos recreando estas vistas, sonidos y sensaciones internamente, lo estamos representando internamente.

Cuando percibimos el mundo, entonces utilizamos los sentidos externamente para representar internamente esa experiencia. La forma y manera que utilizamos para captar, codificar y almacenar la información en nuestro cerebro (ver, oír, sentir, oler y saborear) se denomina sistema representativo, siendo tres los principales: visual, auditivo y kinestésico.

Lo más habitual es que predomine uno por encima del otro, por lo que conocer cuál es el que utiliza nuestro interlocutor nos ayudará a comunicarnos mucho mejor.

Utilizamos palabras para describir nuestros pensamientos y nuestra experiencia, por lo que el lenguaje que utiliza la otra persona, nos dará indicaciones del sistema representativo que se emplea.

 

  1. Observa qué preferencias de lenguaje tiene tu interlocutor. Fíjate en las palabras que utiliza: Visual (a primera vista, ver, mira esto, aparentemente, etc.), Auditivo (escucha, me suena, me pregunto, etc.) y Kinestésico (sentir, cojo la idea, es un sitio acogedor, la idea tiene fuerza, etc.).

 

  1. Adapta tu discurso, tu presentación o tu conversación en función del estilo o preferencia de lenguaje de tu interlocutor. Si es visual, utiliza imágenes en tus presentaciones o en conversaciones, pon ejemplos en los que haya que imaginar alguna escena para entender mejor lo que quieres decir. De esta forma tu discurso, idea o lo que quieres transmitir, llegará realmente a la otra persona.

 

  1. Escucha para entender. A menudo y sin darnos cuenta, escuchamos para responder y que nuestra respuesta, sea la mejor de todas. Por lo que, en lugar de escuchar para entender lo que realmente nos dice la otra persona, estamos escuchando para contestar, que es lo mismo que no escuchar.

 

  1. Acepta que a veces no tienes razón. Si lo que queremos es entendernos, llegar a acuerdos y mejorar situaciones, no hables para tener razón. Sea cuál sea la relación de poder entre uno y otro, no tiene que imponerse un mensaje por encima de otro, ni uno ser más válido que el otro. Son diferentes perspectivas, ideas o propuestas de mejora. En el momento que haya imposiciones, se acaba el entendimiento y la comunicación.

 

  1. Practica una y otra vez. La práctica es la mejor amiga del éxito. Al principio puede que te cueste, pero poco a poco, tu comunicación mejorará, tus relaciones mejorarán, tu departamento mejorará y tu empresa mejorará. Pero para esto, claro, tiene que haber voluntad.

 

¿Y tú? ¿Te comunicas eficazmente? ¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY

Marta Pintado

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