EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

por | Nov 5, 2017 | Autoconocimiento, Conocimiento práctico, Counseling, Inteligencia Emocional

Hace unos días, una amiga me comentaba que su Directora no se comunicaba con su departamento y que así, era muy difícil trabajar y que realmente los procesos mejorasen. Yo estoy casi convencida de que su Directora cree que se comunica, pero por lo que parece, no es así aunque ella lo crea.

Todo, o casi todo el mundo sabe, o cree saber, qué es la comunicación. Para quitar los “casi todo” y los “cree saber”, la RAE define comunicación como: «acción y efecto de comunicar o comunicarse». Y comunicar como: «hacer a una persona partícipe de lo que se tiene», «conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito» o «transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor».

Ahora pregunto entonces ¿nos comunicamos realmente en nuestro día a día?  “Hacer partícipe”, “conversar”, “código común”… Mi respuesta es que la mayoría de las veces no. Y ese, es el principal problema de casi todas, por no decir todas, las relaciones interpersonales, sean laborales o personales.

Comunicarse adecuada y eficazmente, implica tener la intención y voluntad de ser entendido y de entender a la otra parte. De exponer tus puntos de vista y de ver puntos de vista diferentes. De utilizar un lenguaje o un código común, que entiendan las dos partes. De querer solucionar diferencias y no dar nada por hecho o por supuesto. ¿Cuántos conflictos se resolverían conversando? ¿Cuántos procesos se mejorarían en las empresas si hubiese una comunicación real entre personas, departamentos y jerarquías? Con el tú a tú, no con el que me ha dicho que el otro ha dicho … ¡Más café, menos emails y menos dichos que dicen!

Por si quieres o tienes intención real de comunicarte, te dejo unas pautas que te ayudarán en tu día a día:

 

Pautas para una comunicación eficaz

 

El proceso de la comunicación empieza en nuestros pensamientos. Cuando queremos transmitir esos pensamientos a otra persona, los transformamos en palabras, tono de voz y lenguaje corporal. Cuando pensamos en lo que vemos, oímos y sentimos, estamos recreando estas vistas, sonidos y sensaciones internamente, lo estamos representando internamente.

Cuando percibimos el mundo, entonces utilizamos los sentidos externamente para representar internamente esa experiencia. La forma y manera que utilizamos para captar, codificar y almacenar la información en nuestro cerebro (ver, oír, sentir, oler y saborear) se denomina sistema representativo, siendo tres los principales: visual, auditivo y kinestésico.

Lo más habitual es que predomine uno por encima del otro, por lo que conocer cuál es el que utiliza nuestro interlocutor nos ayudará a comunicarnos mucho mejor.

Utilizamos palabras para describir nuestros pensamientos y nuestra experiencia, por lo que el lenguaje que utiliza la otra persona, nos dará indicaciones del sistema representativo que se emplea.

 

  1. Observa qué preferencias de lenguaje tiene tu interlocutor. Fíjate en las palabras que utiliza: Visual (a primera vista, ver, mira esto, aparentemente, etc.), Auditivo (escucha, me suena, me pregunto, etc.) y Kinestésico (sentir, cojo la idea, es un sitio acogedor, la idea tiene fuerza, etc.).

 

  1. Adapta tu discurso, tu presentación o tu conversación en función del estilo o preferencia de lenguaje de tu interlocutor. Si es visual, utiliza imágenes en tus presentaciones o en conversaciones, pon ejemplos en los que haya que imaginar alguna escena para entender mejor lo que quieres decir. De esta forma tu discurso, idea o lo que quieres transmitir, llegará realmente a la otra persona.

 

  1. Escucha para entender. A menudo y sin darnos cuenta, escuchamos para responder y que nuestra respuesta, sea la mejor de todas. Por lo que, en lugar de escuchar para entender lo que realmente nos dice la otra persona, estamos escuchando para contestar, que es lo mismo que no escuchar.

 

  1. Acepta que a veces no tienes razón. Si lo que queremos es entendernos, llegar a acuerdos y mejorar situaciones, no hables para tener razón. Sea cuál sea la relación de poder entre uno y otro, no tiene que imponerse un mensaje por encima de otro, ni uno ser más válido que el otro. Son diferentes perspectivas, ideas o propuestas de mejora. En el momento que haya imposiciones, se acaba el entendimiento y la comunicación.

 

  1. Practica una y otra vez. La práctica es la mejor amiga del éxito. Al principio puede que te cueste, pero poco a poco, tu comunicación mejorará, tus relaciones mejorarán, tu departamento mejorará y tu empresa mejorará. Pero para esto, claro, tiene que haber voluntad.

 

¿Y tú? ¿Te comunicas eficazmente? ¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY

Marta Pintado

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