BUSCA TU INSPIRACIÓN

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Todos necesitamos parar y desconectar en algún momento, para recuperar la creatividad, calmar la mente, cargarnos de energía, llenarnos de paciencia, en definitiva, volver regenerados de esa desconexión y continuar con nuestra vida ¿Cuántas veces, después de un rato de diversión y buenas risas, nos descubrimos pensando lo mucho que necesitábamos ese momento? Lo que normalmente nos pasa, es que esperamos demasiado tiempo para regalarnos ese momento y ese momento, de parar y desconectar, llega normalmente de manera forzosa, en forma de catarro, agotamiento o cualquier otra forma que nos hace parar, sin previo aviso y sin poder disfrutar realmente de ese ansiado momento.

 

Busca tus momentos

 

La alternativa a todo lo anterior, es incluir en nuestra vida, semanal o incluso diariamente, esos momentos para nosotros, en los que desconectamos de todo, nos alejamos de las rutinas, los compromisos y los famosos “tengo que”.

Pueden ser momentos largos de un día o pueden ser momentos cortos, de varios minutos o varias horas. El caso es, que encuentres momentos que te regales a ti. Y digo regales, porque ese tiempo, tiene que ser de calidad, agradable y maravilloso, como un buen regalo. Que te sirva para relajarte, reflexionar, desconectar, reírte, divertirte y regenerarte.

Son, los que yo llamo “momentos de inspiración”, esos en los que tu mente se vacía de pensamientos recurrentes del ajetreo de tu vida diaria y comienza a fluir tu inspiración, nuevas ideas, nuevos proyectos o simplemente, respiras, disfrutas de ese desconectar, sientes ese preciso momento y te llenas de calma, tranquilidad, serenidad y armonía.

¿Te imaginas lo que cambiaría tu vida, si te regalases ese momento a diario?

Lo único que necesitas son ganas, porque estoy segura de que si tienes ganas, encuentras, aunque sea 15 minutos, para hacer de ellos tu “momento de inspiración”.

Por si sigues pensando, que no tienes tiempo suficiente que regalarte. Te dejo una lista de momentos que puedes incluir en tu día a día, de diferentes duraciones:

  • Mientras caminas a la vuelta de tu trabajo: Puedes dejar el coche en casa, coger el autobús unas paradas más lejos o hacer todo el camino andando. Y mientras caminas, fíjate en las calles, los semáforos, los escaparates y siente el viento, el sonido de los coches, los árboles. Desconecta…
  • Mientras cocinas: Céntrate en disfrutar y poner atención y cariño, en todo lo que haces, los olores, los sabores, las texturas. Cocina con mucha calma y amor.
  • Ve a caminar: Cálzate tus zapatillas y sal a caminar, media hora mínimo. Por la calle o por un parque cercano. Y mientras caminas, observa todo lo que te rodea, así evitarás que te invadan los molestos pensamientos del día y realmente desconectarás.
  • Dibuja: Ve a tu rincón favorito, coge un cuaderno en blanco, un lápiz y simplemente, dibuja.
  • Haz deporte: Una de las actividades más recomendadas sin duda. Elige el deporte que más te gusta y a por él.
  • Haz una excursión.
  • Ve a un Spa.
  • Visita un museo.
  • Ve al teatro.
  • Escucha chistes.

¡Hay miles de opciones! Ahora no tienes excusa. Lo que te hará conseguirlo ¿sabes que será?… ¡Tus ganas!

¿A qué esperas?

Recuerda ¡La VIDA es HOY!

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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CÓMO SUPERAR EL SÍNDROME POSTVACACIONAL

CÓMO SUPERAR EL SÍNDROME POSTVACACIONAL

CÓMO SUPERAR EL SÍNDROME POSTVACACIONAL

Es, en esta época, cuando la frase que más oímos es “¡qué ganas tengo de irme de vacaciones!”. Y es que, unos días de relax, cambio de aires, playa o montaña, nos vienen a todos estupendamente.

Pero cuando repites la frase unas cuantas veces al día, con esa fuerza y energía como lo haces últimamente, igual es, que lo que realmente necesitas, es pararte a reflexionar un poquito más a fondo, sobre tu día a día.

Porque, está bien salir corriendo con tu maleta, rumbo a tu paraíso, como si no fueras a volver nunca más o como si, cuando vuelvas, todo habrá cambiado o mejorado por arte de magia vacacional… ¡Despierta! ¡Las cosas no cambian solas!  O las cambias tú o todo seguirá igual que estaba. Esperando a que llegues de vacaciones, para continuar de la misma manera que siempre, justo en el mismo punto en el que las dejaste.

La buena noticia es, que puedes dedicar unos minutos a reflexionar, sobre qué es eso, que te hace salir huyendo de vacaciones, como si no fuera a llegar el momento de volver.

 

¿Cómo? ¡Muy fácil!

 

Coge una hoja de papel o tu libreta y un lápiz. Haz tres columnas:

Columna 1: Escribe todo por lo que no paras de repetir “qué ganas tengo de irme de vacaciones”. Ej:

  • Mi jefe está insoportable.
  • No soporto a mi compañero _________.
  • No me gusta hacer informes.
  • Odio las reuniones, son una pérdida de tiempo.

Columna 2: Escribe cómo podrías solucionar, lo que has escrito en la columna 1. Ej:

  • Mi jefe está insoportable: Mi jefe necesita irse de vacaciones y reflexionar. Le puedo regalar el libro 5 minutos y 60 días, a ver si vuelve mejor.
  • No soporto a mi compañero: Me puedo tomar un café con mi compañero, a ver si entiendo qué le pasa. A veces, una charla informal nos ayuda a comprender a los demás y mirarlos con otros ojos.
  • No me gusta hacer informes: Propón a tu superior un cambio de tareas o de departamento como desarrollo profesional. Busca formas creativas de hacer lo mismo de otra manera diferente.
  • Odio las reuniones, son una pérdida de tiempo: Puedes proponer formatos más eficientes de reuniones. Si no tienes esa posibilidad, mira la forma en la que puedes aportar algo de valor, hacer que sea una oportunidad y sacar algo de provecho de esa reunión. Si estás ahí, es por algo, piensa por qué.

Columna 3: Escribe todo lo que más te gusta de tu trabajo, con todo detalle, recréate en describirlo.

 

A veces, ver las cosas que nos disgustan de formas diferentes, nos ayudan a cambiar la percepción y la experiencia diaria. Ocuparnos de ellas y mejorarlas o cambiarlas, siempre que podamos, en lugar de dejarlas como están, es algo necesario, si queremos que nuestro día a día cambie. Sin acción no hay reacción. Y por supuesto, darte cuenta de todo lo bueno que hay y que te rodea, si es más que lo que nos disgusta, inclina la balanza, compensa y nos hace conscientes de por qué merece la pena estar allí.

Si necesitas más ayuda puedes leer 5 minutos y 60 días, como lectura de verano.

Si aún así, no encuentras nada por lo que volver, entonces plantéate seriamente un cambio. O… ¿Vas a quedarte repitiendo con energía la misma frase año tras año?

¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY.

 

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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¿CULPA O RESPONSABILIDAD?

¿CULPA O RESPONSABILIDAD?

¿CULPA O RESPONSABILIDAD?

Muchas personas viven bajo una nube de culpa. Bien culpándose a sí mismos o bien culpando a los demás de todos sus problemas. Y van por la vida, vestidos de víctima o pasando al otro campo la pelota de la culpa, continuamente ¡Debe ser agotador!  Ir todo el día a la defensiva, buscando una víctima a quién culpar o cargando con culpas que no te corresponden, que te hacen sentir fatal, porque no sabes rechazarla y devolvérsela a su dueño.

 

Tres tipos de culpa

 

Hay tres tipos de culpa circulando por el mundo:

  • Culparte a ti mismo, es un exceso de responsabilidad sobre tus hombros, que en lugar de hacerte bien te convierte en víctima.
  • Culpar a los demás, es la forma más fácil de eludir nuestra responsabilidad sobre nuestra vida.
  • Dejarte culpar, es una de las maneras que tienen algunas personas, de trasladarte su mochila cargada de ira, resentimiento, cobardía y miedo.

 

Pues… ¿Sabes una cosa? La culpa no existe, existe la responsabilidad. Que no es más, que reconocer y aceptar las consecuencias de lo que hacemos. El simple acto de culpar, es un acto de falta de responsabilidad o de no querer aceptarla, incluso de miedo. Es lo que distingue al líder de un jefe, a una persona educada de alguien sin educar, a una actitud madura y autónoma de una actitud infantil y dependiente, a una persona valiente de una cobarde, etc.

 

Cómo acabar con la culpa

 

  • Pregúntate ¿Qué creo de mí mismo? Puedes leer el post  ¿y tú qué piensas de ti? Te puede ayudar.
  • Perdónate. Deja ir esa carga que te has impuesto ¡Perdónate!
  • Reflexiona y acepta tu parte de responsabilidad sobre tus actos. Piensa antes de actuar. Cambia tu forma de actuar.
  • Devuelve la mochila de la culpa a su dueño. No es tuya, no te corresponde, devuélvela. Es muy liberador decir —¡No! ¡Esta mochila no es mía!

 

¿A que ahora te sientes mejor?

 

Y ¡recuerda! La vida es HOY.

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

¿Y TÚ QUÉ PIENSAS DE TI?

De la misma manera que respondes, cuando te preguntan qué piensas de alguien que conoces, con todo detalle ¿Qué dirías si esa persona fueses tú?

Lo que pensamos de nosotros mismos es muy importante y casi nadie se lo ha preguntado nunca. «¿Y para qué quiero saber yo que pienso de mí?» te preguntarás. Porque lo que pensemos de nosotros mismos, será lo que nos potencie o limite en determinadas situaciones. Es, esa inseguridad o nerviosismo que surge de repente cuando vamos a hacer algo, ese pensamiento de «no lo voy a conseguir» o, por el contrario, «en esto soy la mejor».

 

El autoconcepto y la autoestima

 

El autoconcepto es lo que pensamos o lo que creemos de nosotros mismos, la forma en la que nos percibimos. Se forma con la experiencia y puede reforzarse por las valoraciones y opiniones de nuestro entorno social.  Por lo tanto, depende de cómo sea nuestra experiencia, de cómo sean las valoraciones y opiniones de los otros y de nuestro entorno social, nuestro autoconcepto será positivo o negativo, verdadero o falso, bueno o malo, etc. Así que, revisarlo en profundidad, nos puede venir muy, pero que muy bien. No vaya a ser, que tengamos alguna creencia negativa instaurada en nuestro subconsciente, lo que, no solo, no nos favorece, sino que nos puede estar limitando y perjudicando. La buena noticia es, que el autoconcepto puede ser modificado.

También, está directamente relacionado con la autoestima, cuando el autoconcepto es positivo, la autoestima es alta y, por el contrario, cuando el autoconcepto es negativo, la autoestima es baja. Una muestra más, de lo importante que es saber lo que pensamos y creemos de nosotros mismos.

 

El por qué

 

Cuando sabemos lo que pensamos de nosotros mismos, podemos además, reflexionar si es verdad lo que pensamos o, si son pensamientos o creencias que vienen de opiniones infundadas de otros, escuchadas una y otra vez a lo largo de nuestra vida. Y si hemos reflexionado en profundidad, sabremos qué y quién somos en realidad, sabremos también de lo que somos capaces y de lo que no, viviremos las situaciones cotidianas con mayor seguridad y con una mayor autoestima. Evitando así, el nerviosismo, la duda, algunos miedos y limitaciones en nuestro día a día.

 

Y ahora yo te pregunto… ¿Y tú? ¿Qué piensas de ti?

¿A qué esperas?

Recuerda… La vida es HOY.

By Marta Pintado

 

LIBRO a la VENTA

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EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

Hace unos días, una amiga me comentaba que su Directora no se comunicaba con su departamento y que así, era muy difícil trabajar y que realmente los procesos mejorasen. Yo estoy casi convencida de que su Directora cree que se comunica, pero por lo que parece, no es así aunque ella lo crea.

Todo, o casi todo el mundo sabe, o cree saber, qué es la comunicación. Para quitar los “casi todo” y los “cree saber”, la RAE define comunicación como: «acción y efecto de comunicar o comunicarse». Y comunicar como: «hacer a una persona partícipe de lo que se tiene», «conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito» o «transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor».

Ahora pregunto entonces ¿nos comunicamos realmente en nuestro día a día?  “Hacer partícipe”, “conversar”, “código común”… Mi respuesta es que la mayoría de las veces no. Y ese, es el principal problema de casi todas, por no decir todas, las relaciones interpersonales, sean laborales o personales.

Comunicarse adecuada y eficazmente, implica tener la intención y voluntad de ser entendido y de entender a la otra parte. De exponer tus puntos de vista y de ver puntos de vista diferentes. De utilizar un lenguaje o un código común, que entiendan las dos partes. De querer solucionar diferencias y no dar nada por hecho o por supuesto. ¿Cuántos conflictos se resolverían conversando? ¿Cuántos procesos se mejorarían en las empresas si hubiese una comunicación real entre personas, departamentos y jerarquías? Con el tú a tú, no con el que me ha dicho que el otro ha dicho … ¡Más café, menos emails y menos dichos que dicen!

Por si quieres o tienes intención real de comunicarte, te dejo unas pautas que te ayudarán en tu día a día:

 

Pautas para una comunicación eficaz

 

El proceso de la comunicación empieza en nuestros pensamientos. Cuando queremos transmitir esos pensamientos a otra persona, los transformamos en palabras, tono de voz y lenguaje corporal. Cuando pensamos en lo que vemos, oímos y sentimos, estamos recreando estas vistas, sonidos y sensaciones internamente, lo estamos representando internamente.

Cuando percibimos el mundo, entonces utilizamos los sentidos externamente para representar internamente esa experiencia. La forma y manera que utilizamos para captar, codificar y almacenar la información en nuestro cerebro (ver, oír, sentir, oler y saborear) se denomina sistema representativo, siendo tres los principales: visual, auditivo y kinestésico.

Lo más habitual es que predomine uno por encima del otro, por lo que conocer cuál es el que utiliza nuestro interlocutor nos ayudará a comunicarnos mucho mejor.

Utilizamos palabras para describir nuestros pensamientos y nuestra experiencia, por lo que el lenguaje que utiliza la otra persona, nos dará indicaciones del sistema representativo que se emplea.

 

  1. Observa qué preferencias de lenguaje tiene tu interlocutor. Fíjate en las palabras que utiliza: Visual (a primera vista, ver, mira esto, aparentemente, etc.), Auditivo (escucha, me suena, me pregunto, etc.) y Kinestésico (sentir, cojo la idea, es un sitio acogedor, la idea tiene fuerza, etc.).

 

  1. Adapta tu discurso, tu presentación o tu conversación en función del estilo o preferencia de lenguaje de tu interlocutor. Si es visual, utiliza imágenes en tus presentaciones o en conversaciones, pon ejemplos en los que haya que imaginar alguna escena para entender mejor lo que quieres decir. De esta forma tu discurso, idea o lo que quieres transmitir, llegará realmente a la otra persona.

 

  1. Escucha para entender. A menudo y sin darnos cuenta, escuchamos para responder y que nuestra respuesta, sea la mejor de todas. Por lo que, en lugar de escuchar para entender lo que realmente nos dice la otra persona, estamos escuchando para contestar, que es lo mismo que no escuchar.

 

  1. Acepta que a veces no tienes razón. Si lo que queremos es entendernos, llegar a acuerdos y mejorar situaciones, no hables para tener razón. Sea cuál sea la relación de poder entre uno y otro, no tiene que imponerse un mensaje por encima de otro, ni uno ser más válido que el otro. Son diferentes perspectivas, ideas o propuestas de mejora. En el momento que haya imposiciones, se acaba el entendimiento y la comunicación.

 

  1. Practica una y otra vez. La práctica es la mejor amiga del éxito. Al principio puede que te cueste, pero poco a poco, tu comunicación mejorará, tus relaciones mejorarán, tu departamento mejorará y tu empresa mejorará. Pero para esto, claro, tiene que haber voluntad.

 

¿Y tú? ¿Te comunicas eficazmente? ¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY

Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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LAS CLAVES DE LA AUTOCONFIANZA

LAS CLAVES DE LA AUTOCONFIANZA

LAS CLAVES DE LA AUTOCONFIANZA

Por qué a veces te pasa, que cuando estás en tu círculo de confianza, te mueves con soltura, seguro de lo que haces, si miedo a lo que los demás puedan opinar y sientes que eres perfectamente capaz de hacerlo. Sin embargo, en otro entorno en el que no conoces a las personas o profesionales de tu alrededor, pero sí sabes que son profesionales de un cierto prestigio, de repente te haces pequeñito, inseguro de lo que sabes, te sientes desubicado y empiezas a pensar «¿qué hago yo aquí?»

 

Las 2 Claves de la autoconfianza:

 

1. Conocerse:

Todos creemos que nos conocemos, pero en realidad, si no te has ocupado de hacer un profundo ejercicio de autodescubrimiento, es muy difícil que realmente te conozcas en profundidad.

Saber cuáles son tus habilidades, tus valores, tus características personales, tus fortalezas, tus debilidades, tu gestión emocional, qué es lo que haces mejor, qué es lo que haces peor, qué te apasiona, qué no, etc. Y por supuesto, cuál es tu POR QUÉ. Generará la mayor confianza en ti mismo que has podido sentir hasta ahora a lo largo de tu vida. Te sentirás seguro en cualquier entorno o circunstancia que se te presente y no te harás más pequeñito ante los más grandes.

La duda genera desconfianza e inseguridad. Dudar de tus capacidades, de si vas a ser capaz de hacerlo bien o no, por no conocerte lo suficiente, es lo que te lleva a no pensar con claridad, a tener pensamientos de huida y no afrontar la situación con calma y la seguridad que requiere.

 

 2. Reafirmarse:

Una vez que has hecho tu ejercicio de autodescubrimiento y sabes realmente quién eres, reafirmarte en ello a menudo, te ayudará a mantener la confianza y la seguridad en ti mismo a lo largo del tiempo. Ser conscientes de quién somos y reafirmarnos en ello, nos hace capaces de expresarlo con naturalidad. Sabes que lo sabes y cuando crees en ti, tus miedos e inseguridades desaparecen, tu nivel de ansiedad y estrés disminuye y eres capaz de fluir en cualquier circunstancia.

 

Vale la pena que te ocupes de tu desarrollo personal y conocimiento de ti mismo, lo antes posible y puedas vivir tus situaciones desde la serenidad y la confianza.

No hay nada mejor que sentirte capaz en cualquier circunstancia, independientemente de quién nos rodee. Sin miedo, sin ansiedad, sin la preocupación por el qué dirán, siendo nosotros mismos, porque ahora ya sabemos, que nosotros mismos, somos lo suficientemente capaces para estar donde estamos.

¿Y tú? ¿Has descubierto ya quién eres? ¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY

Marta Pintado

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