VACACIONES

por | Oct 13, 2015 | Cambio, Descubrir, Inspiración

VACACIONESSalgo del avión, con mi maleta de mano ¡Qué buen aterrizaje! Un poco largo el vuelo, no sé si por mis ganas de llegar… 6 min andando para llegar el control de inmigración, dice un cartel que cuelga del techo. Hay mucha gente delante en la cola, un grupo de estudiantes de Panamá, un grupo de franceses y gente que iba conmigo en el avión sentados delante. Paso al primer control:

-¿Vacaciones?

-¡Sí! Voy a casa de mi hermana.

Paso el segundo control, con la mirada ya en la puerta de salida. Camino rápido mientras salgo buscando a mi hermana que está por allí esperándome. ¡Ya la veo! Ella no me ve. Le hago una seña levantando el brazo ¡Me ve! Y su cara se transforma en alegría. Como me gusta ser la responsable de la alegría y ver ese cambio en la cara, justo en ese instante. El instante de la felicidad. Hay quien dice que la felicidad es eso, instantes. Tengo un amigo que trabajó repartiendo regalos sorpresa de desayunos. Decía que le encantaba ese trabajo solo por ver las caras de la gente cuando abrían la puerta, en ese justo instante, el instante de la felicidad.

Nos vamos a casa, a su nueva casa. Nueva para mí, ella lleva casi un año allí. Barrio nuevo y sitios nuevos por descubrir. Antes vivía en el Upper East Side y ahora más al centro, cerquita de la ONU.

¡Llegamos! Hogar dulce hogar. Distinto, más espacioso, muy luminoso y con muchísimos armarios. Decorado con los mismos muebles que el otro y alguno más. Todo distribuido de esa forma maravillosa que tiene mi hermana de hacer, que todo parezca que hubiese nacido para ese preciso lugar. Distinto sitio, pero provocando el mismo sentimiento, sentirme como en casa…

Entramos en Docs, un restaurante que hay cerca de casa. Nos sentamos en la barra, esa barra estilo totalmente americana. Es que… ¡Ya estoy aquí! Pedimos ostras y sushi. No puedo tener una cena de bienvenida mejor que esta. Todo está riquísimo. Si vais a Nueva York, apuntar este sitio, por la tarde hay happy hour de ostras y todo está muy bueno. Se llena de gente que sale de trabajar y se queda por la zona a tomar algo.

5 am y ya estoy despierta. Aún es de noche, voy a intentar dormir un poco más. 6:45 am, me levanto ¡Ya no quiero esperar más! ¡Buenos días New York!

Desayunamos. Mi hermana se va a trabajar y yo a recorrer la ciudad…

Es hora de ir hacia Wall St. A recoger a mi hermana para comer. No conocía la zona de Seaport y lo animada que está. El huracán que hubo en 2012 cuando estaba aquí, inundó toda esta zona. Hay bastantes tiendas, restaurantes nuevos, algunos locales en obras para abrir próximamente, terrazas y mucha gente por las calles. Todo está muy animado.

Voy a coger de nuevo el Subway para volver a casa y descansar un poco. El Jet Lag este aún está conmigo y por la tarde he quedado en ir a buscar a mi amiga Isidora al trabajo para cenar algo mientras nos ponemos al día…

Me siento en el vagón y cada vez es todo más familiar. Salgo del Subway en Grand Central. Voy hacia casa caminando. Ya estoy aquí, pienso. La sensación que tengo es la de antes, como si no me hubiese ido nunca… Definitivamente, ya estoy completamente aquí…

Desconectar de un lugar para conectar con otro. Sitios diferentes que provocan sentimientos y sensaciones diferentes. Para eso son las vacaciones ¿No? Para recargarnos de energía y reconectar “partes” diferentes de nosotros mismos.

Esto, es lo que consigo yo en esta gran ciudad, reconectarme. Tal vez porque aquí, hace unos años, me rencontré con esa “parte” de mí que me gusta tanto y tanta falta me hacía rencontrar. Tal vez, porque aquí, en la distancia es más fácil alejarse mentalmente de lo que nos pesa y resulta más fácil caminar ligero para volver a reconectar con esa “parte” que parece que el día a día nos apaga o nos desenchufa. Esa que es, por lo menos para mí, una “parte” muy importante de nosotros mismos. La que nos hace estar completamente bien, en equilibrio, en armonía… La que nos hace poder con todo lo que queramos poder y ser quien queramos ser. Esa “parte” que, sin ella, nos vamos difuminando lentamente,  porque no tenemos fuerzas, entre lo que no somos, nos gusta y a veces nos rodea, entre lo que debe ser, lo que siempre se ha hecho así, el conformismo, la falta de pasión, entre el escuchar el qué más da si total no te lo van a agradecer o sí pero total qué más da… Y que cuando vuelves a conectar con ella, todo lo que tú eres en realidad… Vuelve a fluir y te distingues de todas esas cosas.

Da igual si es New York, Cercedilla, el Santuario de Covadonga o ese rinconcito en tu casa que te hace tan feliz. Lo importante es que encuentres tu lugar, vayas, reconectes y… Vuelvas a fluir. Porque, como ya hemos dicho muchas veces, todo, absolutamente todo, parte de nosotros. Si tú puedes, el mundo puede…

Yo, de momento, me quedo alguna semana más por aquí reconectando…

¿Y tú? ¿A qué esperas?

Recuerda… LA VIDA ES HOY

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