LA GRAN PREGUNTA

LA GRAN PREGUNTA

LA GRAN PREGUNTA

Últimamente, tanto en las sesiones de Counseling y Planificación de Carrera como en las de Coaching, la pregunta que siempre utilizo es ¿qué puedes hacer tú para mejorar esta situación? Y es que, nos pasamos la vida quejándonos de lo que nos pasa y de la situación a la que hemos llegado, como si nosotros no tuviéramos nada que ver con las circunstancias, como si fuera algo ajeno que nos ha pasado por arte de magia.

Sí que es verdad, que a veces las circunstancias se escapan de nuestro control y no podemos evitarlo, pero, en la mayoría de las ocasiones, algo podemos hacer para mejorarlo o para cambiarlo.

 

Tres razones por las que preguntarte ¿Qué puedes hacer tú para mejorar esta situación?

 

1. Te responsabilizará de tu situación: Te devolverá, automáticamente, la pelota tu campo. Ahora no vale echar “culpas” fuera, ahora toca cambiar la “culpa” por la RESPONSABILIDAD y ponerte en acción.

2. Te ayudará a ver con claridad lo que te sucede: Tener la responsabilidad de mejorar la situación, te ayudará analizar lo que te está pasando realmente. En este momento, muchas veces, nos damos cuenta que lo malo no es tan malo y que eres perfectamente capaz de cambiarlo.

3. Te conectará con la solución o soluciones: Analizar con responsabilidad tu situación, te abrirá un abanico de opciones de soluciones, que con la pelota de la “culpa” fuera tu campo, no veías. Pensar en cómo puedes mejorar una situación, sea la que sea, pone tu foco en la solución y no en el problema, te devuelve el control que habías cedido y tu capacidad para resolver, cambiar o mejorar aquello que te perturba.

 

Ahora, ya tienes una herramienta más para ayudarte a mantener tu día a día en el mejor estado. Esto no significa que, a partir de ahora, solo te pasen cosas que te gustan. No es que tus circunstancias siempre vayan a ser las más adecuadas. No se trata de que todo siempre sea alegre y divertido.

Se trata de estar activo, de no quedarte paralizado mientras los problemas te pasan por encima, arrinconándote en la queja y el victimismo. Se trata de tomar las riendas de tu vida y por fin… ¡VIVIR!

Así que, pregúntate todas las veces que lo necesites ¿qué puedes hacer tú para mejorar esta situación?

¿A qué esperas?   Recuerda… LA VIDA ES HOY

Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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LA CARA AMABLE DE LA VIDA

LA CARA AMABLE DE LA VIDA

LA CARA AMABLE DE LA VIDA

LA CARA AMABLE DE LA VIDAÚltimamente me estoy quejando más de la cuenta. Y digo más de la cuenta porque no quejarnos nada, por muy ideal que parezca, es casi como alcanzar la perfección y eso, de momento, se lo voy a dejar a los grandes maestros. Yo con quejarme muy poquito me vale.

¿Por qué te quejas?

La queja es la manifestación de inconformismo, un resentimiento o un disgusto, que se tiene por algo o por alguien. Si es por algo puntual, uno se queja en ese momento, se gestiona el resentimiento o disgusto y se pasa, es algo aislado. Si no es aislado, sino que entramos en una dinámica de queja continua, sí que debemos de pararnos a pensar, qué y por qué nos disgusta tanto, si realmente es importante o si es porque nos hemos metido en la espiral del inconformismo.

Evidentemente, se entra en la espiral del inconformismo por algo, así que, lo mejor que podemos hacer, es descubrir cuanto antes ese algo y ponernos en marcha para solucionarlo.

A veces, podemos solucionarlo rápido y otras veces, puede ser un proceso que requiere tiempo. Mientras lo solucionas, lo que sí puedes hacer es…

Mirar la cara amable de la vida

Dicen los maestros que siempre que hagas algo, lo hagas con entusiasmo, porque así, el mensaje que envías al Universo es positivo y te enviará cosas buenas y positivas en tu vida. Se trata, simplemente, de disfrutar de todo lo que hacemos, encontrando y resaltando todo lo bueno de esa acción. ¡Simplemente! Pues sí, simplemente. Porque si no lo vas a poder disfrutar o hacerlo con entusiasmo, mejor no lo hagas…

¿Cómo se mira la cara amable de la vida? ¡Pues mirando! Seguro que, si cada vez que entras en esa espiral de quejas, paras de hacer lo que hacías, das un paseo y respiras, podrás pensar en todo lo bueno de esa misma situación. Aun siendo una situación que no nos gusta nada, podemos sacar algo positivo que nos haya aportado, ya sea un aprendizaje, personas que hemos conocido, un paso intermedio para llegar a algo mejor, etc. Siempre hay algo que agradecer, aunque sea el aprendizaje que nos ha aportado esa experiencia, porque de todo se aprende. Se trata de enfocarnos en lo bueno y no en lo malo.

Esto NO significa que nos quedemos viviendo una y otra vez esa situación que no nos gusta nada. Sino que, mientras estamos en ese proceso de cambio, vivamos las situaciones de la mejor manera posible.

Un ejercicio fácil que puedes probar cuando empieces a quejarte, por eso que ya sabes y que estás cambiando, es el siguiente:

1. Deja de hacer lo que hacías.

2. Si tienes posibilidad, sal a la calle. Si no la tienes, busca algún lugar tranquilo, el lavabo, por ejemplo.

3. Respira profundamente 3 o 4 veces.

4. Piensa en tres cosas positivas, que te han pasado por vivir esa situación, de las que estás agradecido. Y quédate con esa sensación de agradecimiento.

5. Vuelve a lo que hacías…

6. Repetir los puntos anteriores, cada vez que te descubras quejándote por lo mismo.

7. Continuar con tu proceso de cambio.

Esto es como todo, requiere práctica y constancia. ¿Hasta cuándo hay que practicarlo? Siempre…

¿Y tú? ¿Sabes ya por qué te quejas? ¿Lo vas a cambiar? ¿A qué esperas?

¡Recuerda! LA VIDA ES HOY

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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3 PALABRAS MÁGICAS

3 PALABRAS MÁGICAS

3 PALABRAS MÁGICAS

3 PALABRAS MÁGICASCreo que todos tenemos (o deberíamos tener) por lo menos tres palabras mágicas. Son esas palabras que cuando te las dices a ti mismo o las escuchas de alguien, producen automáticamente en ti, esa sensación de bienestar o calma que en ese momento necesitabas casi tanto como respirar. Más efectivas que la mejor medicina, infusión o remedio casero que pueda existir.

Las mías, entre otras, son: “todo está bien”, “no pasa nada” y “yo te ayudo”. La primera y la segunda, todo está bien y no pasa nada, me las repito a mí misma, casi como un mantra, mientras respiro, cuando vivo situaciones en las que siento miedo, incertidumbre o que por alguna razón no me gusta nada lo que sucede en ese momento. La tercera “yo te ayudo” es la que más me gusta decir a mí y oírla decir a los demás, sobre todo, en ese tipo de situaciones en que te sientes atascada y no ves más allá o no ves la solución más adecuada.

Normalmente estas palabras las escucho de pocas personas, personas  cercanas o importantes en mi vida. Pero hace unas semanas alguien me sorprendió y me escribió las dos primeras seguidas, casi en una misma frase, en uno de esos momentos en el que necesitaba leer justamente esas palabras, mis palabras mágicas. Es una persona que hace poco que está alrededor mío, en mi vida. Desde ese momento, deseo que se quede muchísimo tiempo cerquita, aquí en mi vida. Y es que a veces la vida, tiene estas cosas, que te va poniendo personas alrededor de ti, muchas veces sin que te des cuenta, que te ayudan a que seas más feliz o a mejorar tu entorno. Unos vienen para quedarse y otros por un tiempo limitado. A unos les prestamos atención y a otros no, pero ahí están y si te fijas bien, seguro que verás que tienes muchas personas así en tu vida.

Suerte que es así, porque la vida, a veces, también te pone en tu camino ese otro tipo de personas, las llamadas personas tóxicas, con las que todos nos hemos encontrado alguna vez. Personas que viven a expensas de la energía y el trabajo de los demás. Personas que manejan bien esa parte emocional en la que suelen jugar un papel de aparente víctima, siendo todo lo contrario, personas destructivas, porque lo que van consiguiendo es destruir a las demás personas que le rodean o incluso departamentos.

En tu vida personal, pienso que es un poco más fácil liberarte de ellas, cuando has superado la parte emocional, porque en cierto modo, tú decides quién son tus amigos y quiénes no. Pero en tu vida laboral es más complicado, porque normalmente aparecen en forma de jefe/a y liberarte de ellos/as no es tan fácil. Así que ahí andan, viviendo a expensas de tu energía y tu trabajo, ya que suelen ser personas que ocupan puestos de responsabilidad, para los que no están cualificados, gracias al trabajo de los demás, así que van enganchándose a uno, cuando este se va a otro y luego a otro… Así, sin que nadie se dé aparentemente cuenta o haga nada al respecto. Y eso, como dice una amiga “es lo que más crispa”. Ante esta situación, como dice mi amiga, unos buscan la oportunidad, se van corriendo y otros mueren por dentro o se vuelven grises, tristes o amargados. Ninguna de las dos ideas me seduce, así que por si acaso, sigo investigando…

Otra amiga sabia dice que la vida nos pone a estas personas en nuestro camino porque algo tenemos que aprender de ellas y que cuanto antes lo aprendamos, antes desaparecerán de nuestra vida. Cada uno tiene que aprender lo suyo, no hay recetas generales.  Yo, la verdad, es que no sé qué tengo que aprender de gente así por más que lo intento,  debe ser por eso que me les sigo encontrando de vez en cuando. Así que he pensado que probablemente, lo que tengo es que aprender de mi reacción ante gente así, no se trata tanto de aceptación, que ya lo hago o creo que lo hago, es más bien de cómo reacciono yo y cómo debería reaccionar por dentro, ante esa situación en ese preciso momento, no después. Total, que en esas estoy… ¡Aprendiendo!

En mi aprendizaje, reflexionando sobre esto con otra de mis amigas, creo que encontré la respuesta en una de mis frases: “No te haces una idea de lo que es hasta que no te pasa, porque desde fuera lo ves y lo entiendes, pero cuando te pasa lo sientes”. Y ahí está la clave ¡lo sientes! En sentir. En dejar que te atraviese y pasee por tus sentimientos libremente. Una vez más, le damos el poder a otro de hacernos sentir de la manera que ellos/as quieren para lograr sus objetivos. Sin pensar, como anulados, que nosotros nos merecemos sentir lo que nosotros decidamos sentir, nuestros propios sentimientos y no lo que otros quieren.

 

Y es ahí, justamente, cuando tienes que recuperar tu poder sobre ti, poner tu barrera emocional al victimismo y la toxicidad, decir NO, hacerte dueño de tus sentimientos, gestionar tus emociones y alzar la vista a tu alrededor, prestando atención a todas esas otras personas que te pone la vida para ser feliz. Permaneciendo tan cerquita de ellas, que no quede ningún espacio en tu vida ni en tus sentimientos para ese otro tipo de personas “tóxicas”, que aunque son muchas menos, a veces les damos mucho más lugar y poder en nuestra vida. Repetir tus palabras mágicas como mantras, mientras respiras y sobre todo ¿Sabes lo que tienes que hacer?… SONREÍR.

¿Será eso lo que tengo que aprender?  ¡Si eso ya lo sabía! Voy a practicarlo…

 

Porque… ¡Recuerda! LA VIDA ES HOY

By Marta Pintado

 

LIBRO a la VENTA

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SALIR DE LA ESPIRAL

SALIR DE LA ESPIRAL

SALIR DE LA ESPIRAL

SALIR DE LA ESPIRAL

Hoy he estado pensando acerca de mi vida actual. Me gusta lo que hago y en general me gusta todo lo que compone mi vida. Pero últimamente,  sé que hay cosas que no terminan de encajar, ni con la idea que tengo de vida, ni conmigo misma.

No sé si alguna vez te pasa a tí. Quizás, demasiadas cosas a la vez y cuando te despistas te ves arrastrada por las prisas, multitud de tareas que no te llevan a donde tú quieres ir, compromisos, favores, contradicciones, egos… Hasta aparecer en tu vocabulario habitual, más veces de lo que quieres, el horrible “¡no tengo tiempo!” y la horrible sensación de agobio. Como atrapada en una espiral en la que no quieres estar… Y ahí, en esos momentos, es cuando aparece en mi cabeza una y otra vez la palabra “cambio”.

Una parada a tiempo y volver a enfocarte en lo que realmente es importante para tí, muchas veces es más que suficiente. Otras necesitas realizar algún que otro cambio más en profundidad…

Entonces, me ha dado por recordar el tiempo que estuve en Nueva York. Una ciudad que me transmite energía, bienestar y alegría. Cada día me despertaba muy pronto y siempre con ganas de hacer cosas. Me pasaba horas caminando, descubriendo, haciendo fotos y viviendo cada momento como un momento único. Estudié lo que más me apetecía estudiar. Conocí personas geniales de diferentes culturas y con las mismas ganas de vivir y descubrir que yo. Sin tener, en ningún momento, la sensación de tener que descansar… Cada día era diferente, era como una sorpresa o un regalo que abres con emoción para ver lo que hay.

Y analizando un poco el por qué me sentía allí así y aquí no logro la misma sensación, es porque allí:

  1. Vivía feliz de descubrir algo nuevo cada día. Disfrutaba de la incertidumbre.
  2. Sabía que un día u otro volvería a Madrid. No era para siempre y aprovechaba cada momento y cada día.

Dos puntos que allí me salían con toda naturalidad. Claro que allí no tenía que ir a trabajar, ni tenía “obligaciones”, era tiempo para mí, que me había permitido tener y yo elegía cómo vivirlo. Y… ¿Por qué no seguir aquí haciendo lo mismo? ¡Ni que aquí los días fueran ilimitados! Aquí tampoco sé el tiempo que estaré en esta vida. ¿Por qué no siguir disfrutando con la incertidumbre? Si cada día, aquí, también es un día nuevo con algo que aprender y descubrir. Al fin y al cabo las “obligaciones” nos las creamos nosotros y son obligaciones porque algo de ello no nos gusta, si no serían “satisfacciones”.

Y como mujer práctica que soy, os propongo un reto en 4 pasos:

  1. Piensa una época de tu vida en la que todo fluía y te sentías bien con lo que hacías y contigo mism@
  2. Analiza dos o tres puntos, razones o características por los que tu vida era así.
  3. Piensa en cómo podrías incorporarlos en tu vida actual.
  4. Hazlo.

Mi reto, como no podía ser de otra manera, es:

Enfocarme en lo que realmente es importante para mí. Y Crear y mantener mi Nueva York en mi vida actual. Que cada día sea una sorpresa a descubrir de la que disfrutar y aprovechar cada momento como algo único.

Y para esto empezaré por dejar ir lo que no me gusta, volver a estar muy atenta a este momento, sonreir y volver a fluir con la vida…

¿Y tú? ¿Te apuntas al reto? ¿A qué esperas?

Recuerda LA VIDA ES HOY

By Marta Pintado

 

 

LIBRO a la VENTA

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¿ASISTES O CONTRIBUYES?

¿ASISTES O CONTRIBUYES?

¿ASISTES O CONTRIBUYES?

ASISTES O CONTRIBUYES400

Hay dos maneras de estar en cualquier lugar, simplemente estando o contribuyendo. Unos dejarán huella y otros pasarán desapercibidos, unos mejorarán su entorno y otros lo dejarán, como mucho, igual que estaba, unos aprenderán y otros no, unos vivirán una experiencia inolvidable y otros simplemente pasarán los días.

En un mismo curso, ante un mismo profesor y en un mismo lugar, la experiencia de dos personas será totalmente distinta. No solo porque todos percibimos y sentimos de manera diferente una misma situación, sino también por la actitud con la que vivimos esa experiencia. Por lo tanto, depende de tu actitud el rendimiento que obtengas y lo que aprendas en cada acción educativa o en cada vivencia que experimentes. Puedes quedarte sentado esperando a que te den todos los contenidos o buscar tú también contenidos complementarios y pedir más sobre lo que te interese o despierte tu curiosidad. Puedes participar y contribuir o puedes solo mirar y simplemente asistir.

A veces no importa tanto las circunstancias o las facilidades que tengas a tu alrededor, porque aunque tengas todas las facilidades y todas las herramientas del mundo, si no te comprometes en aprovechar todas esas oportunidades, dará igual haberlas tenido. Lo que verdaderamente importa es tu ACTITUD.

La decisión, como siempre, es tuya. Tú decides si sacas lo mejor de una experiencia y aportas lo mejor de ti o si simplemente asistes sin más.  Así que deja de poner excusas, deja de buscar culpables, deja de esperar las condiciones óptimas, responsabilízate de tu vida, aporta algo bueno al mundo y haz de todas tus experiencias algo extraordinario que merezca la pena recordar.

¿Y tú? ¿Asistes o Contribuyes? ¿A qué esperas?

Recuerda LA VIDA ES HOY

By Marta Pintado

LIBRO a la VENTA

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EL JARDÍN DE PARETO

EL JARDÍN DE PARETO

EL JARDÍN DE PARETO

PARETOEstos días estoy leyendo un libro de Tim Ferriss, que empecé hace tiempo y que ahora he retomado, que se llama “The 4 Hour Work Week”. En uno de los capítulos “Pareto and his garden: 80/20 and freedom from futility”, habla de la Ley o Principio de Pareto, enunciada por primera vez por el economista Vilfredo Pareto, conocida también como la regla del 80-20. Esta Ley describía que el 20% de la población, poseía el 80% del poder y la abundancia económica, mientras la otra mayoría, formado por el 80% de la población, solo poseía el 20%.

Tim Ferriss, resume esta Ley como que el 80% de los outputs es el resultado del 20% de los inputs o que el 80% de las consecuencias vienen del 20% de las causas. Trabajando en torno a esta Ley conseguiremos ser más productivos, en menos tiempo y con menos esfuerzo. Por ejemplo, hay clientes que te exigen un gran esfuerzo y tiempo, sin embargo el rendimiento que al final obtenemos de ellos es menor proporcionalmente a ese esfuerzo. Y al revés, clientes que prestándoles muy poca atención, te generan la gran mayoría de tus ingresos. Centrarte en conseguir más clientes, que con un 20% de tu esfuerzo, te generen el 80% de tus ingresos, es mucho más productivo y beneficioso, que desgastarte con el otro tipo de clientes.

Esta Ley o Principio se puede trasladar a todos los contextos de nuestra vida, no solo al económico o laboral, también lo podemos trasladar al contexto personal. Piensa un momento qué actividades en tu vida personal, a las que dedicas un 20% de tu esfuerzo y tiempo, te aportan un 80% de felicidad o bienestar y cuáles no. O qué personas que forman parte de nuestra vida, con un 20% de esfuerzo emocional, nos generan ese 80% de felicidad. A veces, nos encontramos con personas en nuestra vida, que te dejan sin energía. Por más cariño, atención y tiempo que les dedicas parece que no es suficiente y te desgastan emocionalmente. Sin embargo, hay personas que con una simple sonrisa, el tiempo de un café o solo una mirada, te dejan como si tocaras el cielo por un mes.

No se trata de hacer mediciones, se trata de ser un poco prácticos y dejar de empeñarnos en hacer cosas o estar con personas, que no nos aportan casi nada y nos desgastan. Se trata de hacer cosas que nos hagan realmente felices y de rodearnos de esas personas, que realmente nos hacen sentir bien.

¡Piénsalo! Porque si realmente conseguimos aplicar el Principio de Pareto en nuestra vida, seremos más productivos en nuestro trabajo y más felices en nuestra vida personal. Solo es cuestión de reflexionar qué funciona y qué no funciona acorde a esta ley, y cambiar lo que no funcione. Como siempre, no es fácil, pero tampoco difícil…

Pareto se dio cuenta de que el 80% de los guisantes que recogió de su Jardín, fue producido por del 20% de las semillas de guisantes que había plantado…

 

¿Y tú? ¿Qué plantas tú en tu Jardín? ¿A qué esperas para pensarlo?

Recuerda LA VIDA ES HOY

By Marta Pintado

 

LIBRO a la VENTA

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